La presidencia de la Conferencia Episcopal de Venezuela (CEV), criticó el “hecho bochornoso” que protagonizaron los diputados chavistas el 5 de enero y advirtieron que la elección de Luis Parra como presidente de la Asamblea Nacional va “contra toda legalidad constitucional”.
El 5 de enero los legisladores chavistas y un reducido grupo de diputados opositores, pero afines al régimen, eligieron una nueva directiva de la Asamblea Nacional, en una votación en la que no participaron Juan Guaidó y demás diputados opositores debido a que los efectivos del régimen les impidieron ingresar al Parlamento.
Guaidó, que buscaba ser reelegido presidente de la Asamblea y que es reconocido por unos 60 países como presidente encargado de Venezuela, calificó la elección de Parra como un “golpe parlamentario”.
Ayer 7 de enero la sesión en la Asamblea Nacional también fue accidentada. A pesar de los esfuerzos de efectivos militares, Guaidó y decenas de diputados opositores ingresaron al hemiciclo a la fuerza; una vez dentro, se fue la luz en todo el recinto.
Tras los inconvenientes Guaidó presidió una sesión y luego juramentó nuevamente como presidente de la Asamblea. Luis Parra, que había realizado antes una sesión, se retiró a la llegada del líder opositor.
“El pasado 5 de enero tuvo lugar en Caracas un hecho bochornoso que, además de romper la serenidad del tiempo navideño, ha vuelto a sembrar en el ánimo de los venezolanos motivos para la desesperanza y un mayor sentido de indefensión”, afirmó la presidencia de la CEV en un comunicado emitido este 8 de enero.
Los prelados, que se encuentran en Asamblea Plenaria, indicaron que “también este martes 7 el pueblo venezolano fue testigo de un nuevo abuso de poder, cuando órganos militares, conjuntamente con grupos civiles afectos al gobierno, trataron de impedir la entrada de los diputados legítimamente elegidos por el pueblo a los recintos de la Asamblea Nacional para cumplir con su trabajo legislativo, lo que implica un secuestro más de una institución democrática”.
En ese sentido, indicaron que lo ocurrido estos días es “una nueva manifestación de la ideología totalitaria de quienes detentan el poder político. Han promovido y amparado el desconocimiento de la autonomía de la legítima Asamblea Nacional; y, a la vez, pretenden reconocer una directiva elegida írritamente contra toda legalidad constitucional”.
“Es lamentable –expresaron– que un grupo de parlamentarios de oposición se haya prestado para ello. No conocemos los intereses ocultos que pueda haber detrás de sus acciones. Se trata de un duro golpe a la institucionalidad del Estado. Hoy todo se dirige al poder, a posesionarse, a cubrir espacios y no a generar procesos en bien de la sociedad”.
Además, “preocupa enormemente que algunos miembros de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, rompiendo lo estipulado en las normas vigentes, hayan actuado con signos de violencia en contra de algunos diputados”.
Ante esto, los obispos venezolanos exhortaron a los miembros de las fuerzas armadas a que, en nombre de Dios, se pongan “del lado verdadero de la Constitución y del pueblo al que pertenecen y juraron defender”.
La denuncia de la presidencia de la CEV fue adelantada ayer por Mons. José Luis Azuaje, presidente de este organismo.
En su discurso de apertura de la Asamblea Ordinaria Plenaria, el Prelado dijo que “los venezolanos sabemos que ha sido una designación írrita” la elección de la directiva encabezada por Parra.
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