, 15 Ago. 23 (ACI Prensa).-
Cuando el Papa Sixto IV decidió consagrar la Capilla Sixtina, eligió una fecha muy especial para el calendario católico: lo hizo el 15 de agosto de 1483, dedicándola a la Virgen María, en el marco de la primera Misa que allí se celebró.
Ubicada en el Palacio Apostólico de la Ciudad del Vaticano, y muy popular por ser el sitio donde se celebran los cónclaves y las ceremonias importantes, toma su nombre del Papa Sixto IV, quien ordenó su construcción entre 1473 y 1481.
Se trata de una reconstrucción y ampliación de la Capilla Magna, un lugar utilizado por el Papa y su séquito para el culto diario que se encontraba con graves fallas estructurales.
Luego de su construcción, la decoración de la Capilla Sixtina estuvo a cargo de los pintores renacentistas Sandro Botticelli, Pietro Perugino, Pinturicchio, Domenico Ghirlandaio, Cosimo Rosselli y Luca Signorelli.
Ellos realizaron los primeros frescos sobre la vida de Moisés y de Cristo, y retratos de los Papas que gobernaron hasta ese entonces.
Las pinturas fueron instaladas en 1482 pero no fue hasta el 15 de agosto del año siguiente que el Papa Sixto IV celebró la primera Misa con motivo de la Asunción de la Virgen María.
La siguiente etapa de la decoración estuvo a cargo de Miguel Ángel entre 1508 y 1512, por encargo del Papa Julio II.
Originalmente, el artista debía pintar en la bóveda de la Capilla Sixtina a los doce Apóstoles. Sin embargo, Miguel Ángel propuso y realizó nueve escenas del Génesis, que muestran La Creación, La Relación de Dios con la Humanidad y La Caída del Hombre.
Entre 1536 y 1541, el artista también pintó la pared del altar con El Juicio Final para lo que se eliminaron las escenas de la Natividad y el Hallazgo de Moisés y algunos retratos de Papas.
En 1515 vendría la intervención de Rafael, que por encargo del Papa León X diseñó diez tapices representando la vida de San Pedro y San Pablo, y cuya realización demoró 4 años.
Se siguieron realizando modificaciones y restauraciones en la Capilla Sixtina, hasta convertirse en un tesoro artístico incalculable, considerado Patrimonio de la Humanidad.
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