Una parroquia en el estado de Tennessee (Estados Unidos) realiza una serie de acciones para apoyar a las familias de casi 100 inmigrantes indocumentados que fueron detenidos en abril por el Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE por sus siglas en inglés).
Se trata de la parroquia de Saint Patrick, en la ciudad de Morristown, que en la noche del 5 de abril abrió sus puertas a los familiares de los inmigrantes detenidos en una fábrica durante una redada del ICE, considerada como la más grande realizada en una década.
En los días posteriores llegaron a la iglesia donaciones de comida, ropa, útiles de limpieza y dinero.
“Teníamos demasiadas cosas y, como nos estábamos quedando sin espacio, las llevamos al sótano”, comentó Verónica Galvan, directora de Educación Religiosa en la parroquia de Saint Patrick a CNA –agencia en inglés del Grupo ACI.
Fue Galvan quien le pidió al párroco, P. Patrick Brownell, que abriera el templo el día de la redada.
“Le dije a las personas que fueran allí si no se sentían a salvo en sus casas o centros de trabajo. Ellos expresaban ese miedo y quise asegurarme de que fueran atendidos y se sintieran protegidos en alguna parte. Así que abrimos las puertas a todo el que quisiera venir”, comentó.
Durante las dos semanas siguientes llegaban diariamente a la parroquia más de 200 personas que fueron afectadas directa o indirectamente por la redada. Estas fueron asistidas por unos 100 voluntarios, entre los cuales figuraban abogados, médicos, sacerdotes, tres religiosas mexicanas y otros fieles.
Con el dinero recaudado se pagaron las facturas de las familias durante dos meses. Además, a través de una campaña en GoFundMe se reunieron más de 50 mil dólares para ayudar a los detenidos a pagar su fianza.
Poco después de su detención fueron liberados 43 de los 97 migrantes y el 13 de junio regresaron con sus familias otros 35. El asistente de la pastoral hispana en Morristown, P. Alex Waraksa, aseguró que entre ellos habían varios católicos.
Sin embargo, deben esperar a que los tribunales den fechas para sus audiencias y emita los resultados de sus procesos legales que podrían terminar en la deportación. Mientras tanto, no pueden trabajar ni conducir y el dinero recaudado por la parroquia de Saint Patrick se ha acabado.
Para ayudarlos, en el templo se realiza una reunión a la semana donde se les brinda apoyo sobre cómo manejar y pagar facturas. Además, otras organizaciones como Catholic Charities of East Tennessee está trabajando para que tengan acceso a asesoría legal.
El P. Waraksa indicó que tras la redada en abril, se dedicó a hablar con la gente en el centro parroquial. Fue “un lugar para estar durante el día y obtener diferentes tipos de apoyo”, incluida la oración.
Todos los miércoles la parroquia de Saint Patrick organiza en las noches jornadas para los jóvenes, especialmente para quienes fueron afectados por las redadas del ICE. Suelen asistir unos 160 estudiantes, de los cuales la mitad son hispanos.
La coordinadora de la pastoral juvenil de la parroquia, Colleen Jacobs, indicó que al inicio no sabían si los jóvenes se presentarían.
De todos modos, Jacobs y otros más organizaron una velada sobre el activismo comunitario. Esa noche no solo se presentaron la mayoría de los estudiantes, sino también entre 35 y 40 consejeros de las escuelas locales y los sistemas de salud.
“Los jóvenes pudieron ver que había una gran cantidad de amor entre todos los adultos, de los diferentes tipos de organizaciones en la comunidad, por lo que fue algo realmente poderoso”, comentó Jacobs.
Formaron pequeños grupos para que los muchachos hablaran sobre sus sentimientos y Jacobs notó que también estaban impactados los amigos de los jóvenes y niños cuyos familiares fueron detenidos.
“Es un poco difícil de explicar (la redada) a un niño cuando tratas de enseñarles los valores del amor al prójimo y aceptar personas sin importar el color de su piel, o su trasfondo, cuando tienes adultos haciendo exactamente lo contrario” indicó.
Por su parte, el P. Brownell indicó que “actualmente la comunidad está un poco paralizada porque no saben a dónde va esta situación”.
Aunque la mayoría de los que fueron detenidos en la redada están con sus familias, “puedo imaginar que están pasando por una situación deprimente al no saber qué pasará y que hay una alta probabilidad de que el resultado sea la deportación. Están en una suerte de tiempo de espera”.
Traducido y adaptado por María Ximena Rondón. Publicado originalmente en CNA.
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