Rosario Livatino, el juez asesinado por la mafia en Sicilia y que próximamente será declarado beato, era una persona “jovial y acogedora” y tenía mucha devoción a San Pablo VI.
Así lo describió el presidente de la asociación “Amigos del juez Rosario Livatino”, Giuseppe Palilla, a ACI Stampa (agencia en italiano del Grupo ACI).
En la entrevista, Giuseppe Palilla, quien estudió también el bachillerato con Rosario Livatino, relató la humanidad y alegría de vivir del juez asesinado en Sicilia en 1990.
“Después de su brutal asesinato, al entrar en su habitación pude ver que todo había permanecido intacto. Incluso hoy es posible observar el Evangelio colocado en su escritorio. En la habitación de Rosario no faltaba una foto de Pablo VI a quien Rosario era muy devoto”, dijo Palilla.
Asimismo, Giuseppe Palilla recordó “la respuesta que dio la madre de Rosario a quienes le preguntaban si perdonaba a los asesinos de su hijo y dijo: ‘Por ese Evangelio ¡perdonaría!’”, advirtió.
“Rosario era una persona jovial y acogedora”, agregó su excompañero de clase, quien dijo que entre los numerosos recuerdos de su amistad con Rosario Livatino, destacó que “Rosario solía renunciar al recreo para explicar Dante o Manzoni” y subrayó “su disposición para ayudar en el estudio cuando tenían la preparación para los exámenes finales”.
Además, Palilla señaló que “Rosario tenía respeto por todos” y añadió “no recuerdo haberlo escuchado decir una sola mala palabra, al contrario, nos regañaba cuando alguno de nosotros usaba un lenguaje inapropiado”.
Al concluir los años de bachillerato, el presidente de la asociación “Amigos del juez Rosario Livatino”, relató que al menos una vez al año, “los compañeros de bachillerato nos reuníamos junto a Rosario e íbamos a almorzar o cenar para recordar los momentos felices que vivimos en el bachillerato y fortalecer nuestra amistad” y agregó que una vez vió a Livatino en el tribunal con otros magistrados y abogados por lo que “con un poco de vergüenza, lo saludé: ‘Buenos días, señor juez’. Rosario se me acercó diciéndome con cariño: ‘¡Recuerda que yo siempre soy Rosario’!”.
Mensaje para los estudiantes de hoy
Luego, Giuseppe Palilla destacó la “amistad y coherencia evangélica y civil” porque “Rosario fue un modelo para todos y lo sigue siendo”.
“San Ignacio de Antioquía dijo: ‘Se educa bien con lo que se dice, se educa mejor con lo que se hace, se educa aún mejor con lo que se es’. Rosario era todo esto. Para nosotros que tuvimos el privilegio de conocerlo, fue el mejor compañero de clase que pudimos desear, el amigo servicial y sincero que queríamos y todavía queremos”, afirmó.
Más historias
Avanza causa de beatificación de laico salesiano tetrapléjico que llevó a Cristo a muchos enfermos
En el día de la Candelaria tus intenciones podrían llegar al Santuario de Rocamadour, Francia
4 grandes consejos de Don Bosco para aprovechar al máximo el Jubileo de la Esperanza 2025