Rich Owens es un empresario católico estadounidense que utiliza su negocio de helados como un apostolado para ayudar espiritual y económicamente a su comunidad, así como endulzarles la vida.
Owens es el dueño de la sucursal de la heladería Tastee Freez en la ciudad de Anchorage, en el estado de Alaska, desde 1994. La franquicia ha estado presente en el lugar desde hace 60 años.
El empresario comentó que desde pequeño ha consumido los helados de Tastee Freez y que tras desarrollar un pequeño negocio en el estado de Montana, decidió adquirir uno en Alaska.
Actualmente, la heladería de Owens es el establecimiento más grande de Tastee Freez en el país. La franquicia le ha otorgado el reconocimiento como Trabajador del Año en el 2006 y en el 2015.
Además, el negocio se ha convertido en una suerte de programa de mentoría para los jóvenes de la zona, lo que, según Owens, tiene un fuerte sentido de retribución a su comunidad.
En declaraciones al Catholic Anchor sobre este apostolado para la formación de los muchachos, el empresario indicó que “el hecho de haber sido criado en la Iglesia Católica nos ayuda a ir en la dirección correcta”.
“Aprendimos viendo a mamá y a papá que esta es la forma en que vives tu vida. Esta es la regla, no la excepción”, aseguró.
Alrededor de unos 700 empleados, en su mayoría jóvenes de 17 años, han trabajado en el Tastee Freez de Owens.
“Algunos de estos chicos provienen de situaciones muy difíciles. No cuesta nada muchas veces ser esa persona, y puedes tener un impacto en las comunidades al ser un buen mentor”, comentó el empresario.
Owens también ha utilizado su negocio para endulzar la vida de las personas durante las festividades.
Por ejemplo, durante la temporada de Navidad se asocia con la Guardia Nacional para ejecutar la “Operación Santa Claus”, que consiste en entregar miles de helados a los habitantes de 60 localidades.
Como miembro de la junta del grupo sin fines de lucro Campamento Católico y Ministerios de Conferencias de Alaska, Owens ayudó con la compra del Campamento de Santa Teresa en la ciudad de Wasilla en el año 2012.
Actualmente, en este espacio los niños y adolescentes participan en campamentos de veranos donde crecen en el conocimiento de su fe católica.
El Arzobispo Emérito de Anchorage, Mons. Roger Schwietz, afirmó que este sitio es una bendición para la comunidad y que proporciona “un gran recurso a la Iglesia Católica”.
“Agradezco sus esfuerzos y los elogio por el arduo trabajo que han realizado”, agregó.
Traducido y adaptado por María Ximena Rondón. Publicado originalmente en CNA.
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