Cristina Valverde Johnson, abogada por la Universidad de Navarra (España) con maestrías en Derecho Canónico y en Matrimonio y Educación Familiar, presentó recientemente algunas soluciones positivas para frenar la práctica del aborto.
Para Valverde Johnson es claro que “el aborto mata a un ser humano inocente y que ninguna mujer quiere plantearse tener que abortar”.
“Por eso, concentrémonos en soluciones positivas que realmente ayuden a las mujeres”, señala en su artículo.
Indica que la primera clave es reducir los embarazos adolescentes. Entre los puntos principales para lograrlo, dice la experta, se debe retrasar el inicio de la actividad sexual y “prevenir el consumo de alcohol y drogas que alteran la percepción de la realidad y el estado de conciencia”.
Además, alienta a proponer a los niños y adolescentes un proyecto de vida “que les resulte interesante y los ayude en su futuro”.
También es importante el “entrenamiento a los padres respecto a la afectividad y sexualidad de sus hijos” y la “educación afectiva y sexual: para niños y adolescentes con la presencia de sus padres basado en el autoconocimiento, autodominio y autorespeto acorde con el desarrollo fisiológico de los niños, niñas y adolescentes”.
Valverde Johnson destaca además que se debe controlar “la franja horaria y contenido de los programas en los medios de comunicación para evitar contenido que exponga a niños y adolescentes a temas y situaciones adultas”.
La segunda clave es erradicar la violencia sexual. Valverde Johnson propone que se implementen “planes de vivienda que identifiquen espacios para adultos y otros para los niños y adolescentes para evitar casos de abuso sexual”.
Además, subraya, se debe “combatir la pornografía infantil y la pornografía con violencia física y sexual”, pues estudios apuntan que los consumidores de pornografía son más propensos “a ser en efecto sexualmente agresivos en la vida real”.
Es necesario también “romper el círculo de violencia intrafamiliar mediante acompañamiento y terapias” y “fomentar una cultura que respete a la mujer y no la trate como un objeto sexual”.
Para la experta también es clave apoyar la maternidad: “Ante una situación difícil ¿presentamos el aborto como única opción? Mejor apoyemos a la madre y a su hijo”.
Esto se logra, señala, “disminuyendo la pobreza, en especial la pobreza femenina”, así como promoviendo el “acceso a educación y capacitación profesional”.
Entre otras propuestas, Valverde Johnson alienta el “desarrollo de microemprendimientos y microcréditos para el desarrollo profesional de la mujer y de su entorno” y “establecer un seguro social de maternidad para amas de casa”.
Indica que también son necesarios “Centros de Orientación Familiar para apoyar a las mujeres, especialmente aquellas en estado de vulnerabilidad”.
Un cuarto punto clave es la reducción de la mortalidad materna e infantil. Esto se puede lograr con “educación de la mujer” y cuidados pre, peri y postnatal.
Es necesaria además la “nutrición complementaria para las mujeres embarazadas y sus hijos”, y el “acceso universal a mejores instalaciones de salud materna”.
Para Valverde Johnson también se pueden considerar “sanciones alternativas en lugar de privación de libertad” para las mujeres que han cometido abortos.
Entre estas sanciones podrían estar el “servicio a la comunidad, concientización del delito cometido y acompañamiento para su sanación física y psicológica”.
“Las secuelas psicológicas que deja el aborto son reales. No es una cuestión cultural o religiosa, sino fisiológica”, asegura.
“En el aborto la mujer vive la experiencia traumática de la muerte violenta de su hijo dentro de su cuerpo, y su organismo reacciona”, añade, por lo que “es necesario atender las secuelas físicas y psicológicas que puede dejar el aborto en la mujer, porque no solo la afectan a ella sino a toda su familia”.
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