La Secretaría de Cultura Federal y el Gobierno de la Ciudad de México anunciaron un “plan de acción inmediato” para recuperar la histórica iglesia de la Santa Veracruz en el centro de la capital mexicana, que sufrió un incendio y dos rebrotes el 30 de agosto.
En un comunicado publicado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) se aseguró que “por el momento, el proceso de restauración del templo se enfocará en los daños ocasionados en la torre del campanario”.
“Expertos en restauración también trabajarán en los vitrales dañados y en la recuperación de las áreas del coro y sotocoro que resultaron afectadas”, añadió el INAH.
La construcción de la iglesia de la Santa Veracruz se remonta a mediados del siglo XVI, por iniciativa de la archicofradía de la Cruz formada por el conquistador español Hernán Cortés.
A mediados del siglo XIX los templos y demás bienes de la Iglesia Católica en México fueron nacionalizados y pasaron al poder del Estado a causa de la “Ley de Nacionalización de Bienes Eclesiásticos”, expedida por el entonces presidente, Benito Juárez. Recién desde 1992, en que se restablecieron las relaciones con el Estado después de más de un siglo de tensiones, la Iglesia puede poseer templos.
Sin embargo, los templos construidos hasta 1992 son considerados propiedad de la Nación.
La secretaria de Cultura de México, Alejandra Frausto Guerrero, dijo que personal del INAH está trabajando en el recuento de daños en la iglesia, “acompañados de personal de la aseguradora contratada por este Instituto para casos de siniestro en Monumentos Históricos, a fin de acceder a los recursos para la restauración, cuyos trabajos iniciarán hoy mismo”.
Frausto Guerrero anunció además que “se comenzará el proceso de restauración, pues la parroquia ya tenía afectación por el sismo del 19 de septiembre de 2017; por lo cual, ahora, los daños de este siniestro tendrán que sumarse al proyecto de intervención”.
“Las primeras observaciones indican que sí hay afectaciones serias en el inmueble, por ejemplo, en los vitrales y en el órgano monumental”, añadió, pero precisó que “el valioso archivo documental, de gran relevancia, se encuentra íntegro y ya se procedió a su salvaguarda. De igual manera, en este momento se evaluará el estado de la obra pictórica y personal del INAH se hará cargo del desmontaje para evitar riesgos durante los trabajos de restauración”.
En un comunicado publicado el 30 de agosto, la Arquidiócesis Primada de México agradeció el trabajo del “Heroico Cuerpo de Bomberos de la Ciudad de México, así como la atención de la Secretaría de Gobierno, la Secretaría de Cultura de la CDMX, la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil de la Ciudad de México, la Dirección General de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural, del Instituto Nacional de Antropología e Historia”.
Además, aseguró que “confía en que las autoridades correspondientes realizarán un trabajo oportuno en cuanto a los peritajes y dictámenes para determinar las causas del incendio y las razones que derivaron en los rebrotes”.
La Arquidiócesis de México subrayó que el templo incendiado “es considerado un tesoro histórico y artístico del siglo XVI” y precisó que “este templo permanece cerrado a los fieles desde hace dos años, debido a los daños estructurales provocados por el sismo de septiembre de 2017, que no han sido reparados, y en la última semana fue allanado por indigentes en varias ocasiones”.
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