En la Misa de la capilla de la casa Santa Marta de este lunes 27 de abril, el Papa Francisco animó a los fieles a recordar su primer encuentro con Jesucristo en el que escuchaban la Palabra de Dios y comenzaron con alegría su vocación.
Durante su homilía en el cual se centró en el pasaje del Evangelio del día (San Juan6,22-29), el Santo Padre señaló que “Jesús les hace recordar el primer sentimiento que tenían, ése, antes de la multiplicación de los panes, cuando escuchaban la Palabra de Dios, en verdad, en verdad les digo: ustedes me buscan, no porque han visto prodigios, sino porque han comido de los panes y se han saciado”.
“Jesús muestra la intención de ellos. Es así, han cambiado de actitud, y ellos, en lugar de justificarse: ‘no Señor…’. Fueron humildes. Y Jesús continuó con su enseñanza: ‘trabajen, no por el alimento perecedero, sino por el alimento que permanece para la vida eterna, el que les dará el Hijo del hombre, porque éste es, a quien el Padre, Dios, ha marcado con su sello’”.
De este modo, el Papa Francisco explicó que “éste es uno de los casos en los que Jesús corrige a las multitudes… Esto nos hace pensar que muchas veces en la vida, nosotros comenzamos un camino en el seguimiento de Jesús, hacia Jesús, con los valores del Evangelio, y a mitad de camino nos viene alguna idea, vemos alguna señal, y nos alejamos, y nos conformamos con una cosa más temporal, más material, más mundana, puede ser, y perdemos la memoria de aquel primer entusiasmo que hemos tenido cuando sentíamos hablar a Jesús”, explicó.
En esta línea, el Pontífice destacó que “el Señor hace volver siempre al primer encuentro, al primer momento en el cual Él nos miró, nos habló, y ha hecho, hizo nacer, dentro de nosotros, el deseo de seguirlo”.
“Esto es una gracia para pedirle al Señor, porque nosotros en la vida siempre tendremos esta tentación de alejarnos, porque vemos otra cosa: eso va bien, esa idea es buena… nos alejamos de Dios” reconoció.
Por ello, el Santo Padre animó a rezar a Dios para pedir “la gracia de volver siempre a la primera llamada” y “no olvidar la primera historia, cuando Jesús me ha mirado con Amor y me ha dicho: éste es tu camino, cuando Jesús, a través de mucha gente me ha hecho entender cuál era el camino del Evangelio y no otros caminos un poco mundanos, con otros valores, volver al primer encuentro”.
“A mí siempre me ha impresionado, que entre las cosas que dice Jesús, a las mujeres en la mañana de la Resurrección, dijo: ‘vayan hacia mis discípulos y díganles que vayan a Galilea, allí lo encontrarán’”.
Regresar al primer encuentro con Jesús
En este sentido, el Santo Padre explicó que Galilea “era el lugar del primer encuentro, allí habían encontrado a Jesús.
Cada uno de nosotros tiene la propia Galilea en su interior, se ha acercado y ha dicho: ‘sígueme’. En la vida sucede esto que le ha sucedido a la gente buena, porque dice: ‘¿Qué tenemos que hacer?’ e inmediatamente, han obedecido”.
“Sucede que nos alejamos y buscamos otros valores, otra hermenéutica, otras cosas, y perdemos la frescura de la primera llamada”, agregó.
Por último, el Papa Francisco recordó que el autor de la Carta a los Hebreos dice también: “recuerden los primeros días, la memoria de mi Galilea, cuando el Señor me miró con Amor, y me dijo: Sígueme”.
Evangelio comentado por el Papa Francisco:
San Juan 6:22-29
22 Al día siguiente, la gente que se había quedado al otro lado del mar, vio que allí no había más que una barca y que Jesús no había subido en la barca con sus discípulos, sino que los discípulos se habían marchado solos.
23 Pero llegaron barcas de Tiberíades cerca del lugar donde habían comido pan.
24 Cuando la gente vio que Jesús no estaba allí, ni tampoco sus discípulos, subieron a las barcas y fueron a Cafarnaúm, en busca de Jesús.
25 Al encontrarle a la orilla del mar, le dijeron: «Rabbí, ¿cuándo has llegado aquí?»
26 Jesús les respondió: «En verdad, en verdad os digo: vosotros me buscáis, no porque habéis visto señales, sino porque habéis comido de los panes y os habéis saciado. 27 Obrad, no por el alimento perecedero, sino por el alimento que permanece para vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre,
porque a éste es a quien el Padre, Dios, ha marcado con su sello».
28 Ellos le dijeron: «¿Qué hemos de hacer para obrar las obras de Dios?» 29 Jesús les respondió: «La obra de Dios es que creáis en quien Él ha enviado».
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