Todos los que visitan la capilla del santuario Nuestra Señora de Lourdes de Alta Gracia en la provincia de Córdoba (Argentina) son testigos de un hecho que aún no encuentra explicación. En la hornacina del retablo ubicado sobre el altar se ve una imagen de la Virgen a pesar que el espacio está, sin lugar a dudas, vacío.
Según informa la agencia AICA, no es una imagen plana sino con relieve, tridimensional, con pliegues en el vestido. Tampoco es una ilusión psicológica fruto de la devoción exagerada de algunos peregrinos.
Todos los que acuden allí la ven –sean creyentes o no– y de hecho la imagen queda registrada en las fotos que se toman. La imagen se ve con claridad desde la puerta de entrada y va desvaneciéndose si uno se va acercando al altar.
Fuentes del Santuario de Nuestra Señora de Lourdes de Alta Gracia indicaron a ACI Prensa el 10 de febrero que, si bien no hay un pronunciamiento específico del Arzobispo local, “todo sigue igual desde 2011. La gente sigue concurriendo y sigue asombrándose con lo que ven”.
¿Cómo se originó el fenómeno?
La capilla de Alta Gracia fue construida y bendecida en 1927 y durante muchos años estuvo en el centro del retablo una estatua de la Virgen de Lourdes. A mediados de 2011 esa estatua fue retirada de su hornacina para ser restaurada, que actualmente se encuentra al pie de la hornacina que quedó vacía.
Uno de los sacerdotes a cargo del santuario iba a cerrar la capilla y desde la puerta principal vio una imagen que parecía de yeso en el lugar donde originalmente había sido colocada. Se acercó varias veces y cada vez que lo hacía comprobaba que la imagen que veía desde cierta distancia se desvanecía. Lo cierto era que efectivamente no había imagen, pero la veía.
Ante el fenómeno, visible para cualquiera, los frailes carmelitas descalzos del santuario Nuestra Señora de Lourdes emitieron un comunicado en el que señalaron que “la manifestación de la imagen de la Santísima Virgen María no tiene hasta el momento explicación racional”.
“Debe ser interpretado por el pueblo de Dios como un signo para acrecentar y profundizar la fe cristiana y suscitar en los corazones de los hombres la conversión al amor de Dios y su participación en la vida de la Iglesia”, indicaron.
Los sacerdotes dijeron además que respetan “la interpretación que hacen muchos fieles al considerarlo como un signo de la Virgen María, en cuanto no contradiga la Divina Revelación contenida en las Sagradas Escrituras, en el Magisterio de la Iglesia, ni la práctica eclesial”.
Asimismo manifestaron que “valoramos y acompañamos el amor manifestado por muchos fieles a la Santísima Virgen María puesto de manifiesto en querer acercarse, rezar y colaborar”.
“Como pastores del pueblo de Dios en Alta Gracia, estamos dispuestos a seguir investigando y discerniendo tanto el posible origen físico como el significado religioso del fenómeno”, indicaron.
Multitudinaria peregrinación
En la fiesta de la Virgen de Lourdes miles de personas llegan a rezarle a la Madre de Dios en este lugar. Para hoy se espera la llegada de unas 150 mil personas.
Este 11 de febrero los fieles participan de la 44° edición de la peregrinación de la Virgen de Lourdes, razón por la cual se cortó el tránsito vehicular en la ruta 5.
Los peregrinos realizan más de 30 kilómetros de caminata para unir el punto sur de Córdoba con el lugar donde está la Virgen de Lourdes.
Los fieles que llegan hasta este lugar participan de diversas actividades como el rezo del Rosario y Misas. A las 11:00 a.m. se celebró una por las familias y a las 18 el Arzobispo de Córdoba, Mons. Carlos Ñáñez, presidió la Eucaristía por los enfermos, tras lo cual se realiza una procesión.
Según informa AICA, en la Misa que presidió en febrero de 2019, el Arzobispo dijo que la Madre de Dios “quiere decirnos que Dios nos ama y envió a su Hijo hecho uno de nosotros para decirnos con gestos y palabras que realmente nos quiere”.
“Jesús vino por nosotros y dio su vida. Este es el secreto, no para guardarlo sino para compartirlo”, afirmó el Prelado e invitó a los presentes a compartir este secreto con los hermanos, para generar una “actitud de discípulos de un mismo maestro”.
Al recordar la celebración de la Jornada Mundial del Enfermo, el Arzobispo de Córdoba dijo que “lo que necesita el hermano enfermo es cuidado, ternura, y recibir también de labios fraternales el secreto de que Dios nos ama; y que el en su enfermedad es especialmente amado por Dios y puede que participar estrechamente de la entrega de la ofrenda de Jesús, porque para el seno de la comunidad eclesial es alguien importante”.
“Dios nos ama con esa ternura de acariciarnos, consolarnos. Venimos con nuestras preocupaciones y dolores, pero ahí está el corazón de la Madre que acaricia, que consuela”, señaló y agregó que “Dios nos ama no porque nosotros conquistemos el amor; Él nos lo regala antes de que nosotros abramos el corazón y tratemos de sintonizar con ese amor”.
La capilla de la Virgen de Alta Gracia se encuentra en un amplio predio, en un parque de varias hectáreas, donde en 1916 se inauguró una réplica de la gruta Massabielle, de Lourdes, donde la Virgen se apareció en 1858 a Santa Bernardita Soubirous.
La idea y realización se debió a dos señoras porteñas, Guillermina Achával Rodríguez de Goyena y Delfina Bunge de Gálvez, escritora, esposa del escritor Manuel Gálvez. Desde que se levantó la gruta, el lugar se constituyó en un centro de afluencia de peregrinos.
En 1922 se formó una comisión para construir cerca de la gruta una capilla, cuya primera piedra se colocó en 1924 y que el entonces Obispo de Córdoba, Mons. José Anselmo Luque bendijo en 1927.
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