marzo 28, 2024

Una regla de vida para alcanzar la santidad

Eutanasia, Obispos españoles: “No es humano causar muerte, si lo es aliviar dolor”

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El presidente de la Subcomisión Episcopal para la Familia y Defensa de la Vida, Mons. Mario Iceta, presenta el documento “Sembradores de esperanza. Acoger, proteger y acompañar en la etapa final de esta vida” dedicado al tema de la eutanasia y el suicidio asistido.

Cuando un enfermo pide morir, en realidad pide alivio del dolor

En dicho documento, los obispos españoles aseguran que la experiencia muestra que cuando un paciente enfermo pide morir, «básicamente está pidiendo alivio del dolor, tanto físico como moral». Una vez que recibe «alivio físico, apoyo psicológico, cercanía afectiva, atención médica y socio-sanitaria adecuada, el paciente deja de pedir la muerte”. Sobre todo porque, según el documento, «la vida humana no es sólo un bien personal, sino también un bien social, un bien para los demás».

Negar el dolor es deshumanizar la realidad

Centrándose en el concepto de muerte, los obispos explican que «el dolor y la muerte son dimensiones, fases de la existencia humana» y “negarlos”, transformando la huida de ellos en valor supremo, “significa negar la realidad humana, deshumanizarla, hacerla frustrante”. También explican que es “natural” tener miedo de morir, porque «el ser humano está orientado a la felicidad y la muerte es un trauma». Por lo tanto, frente al debate que recientemente se ha reavivado sobre la vida humana, la eutanasia y el suicidio asistido, los obispos españoles desean, mediante los 7 capítulos que forman el documento, más una introducción y un epílogo, proponer “una mirada de esperanza en esos momentos que concluyen nuestra vida terrenal”.

Cuidados paliativos como alternativa a la eutanasia

El texto episcopal se centra en temas específicos, como la ética médica, los cuidados paliativos, la ilegalidad de la obstinación terapéutica y la necesidad de promover una cultura de respeto a la dignidad humana y en él se lee cómo los obispos destacan algunas distorsiones, por ejemplo: «un concepto de libertad concebido como una voluntad absoluta, liberado de la verdad sobre el bien», o “los eufemismos ideológicos y semánticos» que no hablan de causar la muerte a una persona enferma, sino de «muerte digna, elección autónoma, liberación del dolor”; “la tendencia a presentar a los defensores de la vida como retrógrados, intransigentes, contrarios a la libertad individual y al progreso» así como “la difusión de la idea de que la eutanasia representa una demanda urgente de la población».

Las objeciones de los obispos ante aquellos que promueven la eutanasia

En dicho documento también rebaten los numerosos argumentos presentados por los promotores de la eutanasia para apoyar sus propias hipótesis, como por ejemplo cuando se habla de poner fin a los «sufrimientos insoportables» de los enfermos, los obispos responden recordando la posibilidad de cuidados paliativos; cuando se dice que la eutanasia es una obra de compasión, los obispos responden que no es humano causar la muerte, sino que es humano «dar la bienvenida a los enfermos, apoyarlos y aliviar su dolor»; para aquellos que se refieren a la «muerte digna», los obispos responden que la vida humana tiene valor en sí misma y que merece ser vivida independientemente de su calidad y ante aquellos que ven la aceptación de la eutanasia y el suicidio asistido como «un signo de civilización», la Iglesia española recuerda que la civilización se basa en la base de la dignidad de la persona humana, independientemente de cualquier otra circunstancia (raza , sexo, religión, salud, habilidades mentales o económicas).


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